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La hipertensión arterial es el principal factor de riesgo para sufrir un ictus

26.10.2018

La hipertensión arterial es el principal factor de riesgo para sufrir un ictus

 

Los factores predisponentes a sufrir un ictus se dividen en dos grandes grupos: “aquellos que no son modificables, como la edad, el sexo masculino, ciertas alteraciones genéticas, etcétera, y aquellos modificables sobre los que debemos insistir cara a disminuir las tasas de ictus en los próximos años”, apunta la doctora Iratxe Ugarriza, neuróloga de IMQ, con motivo de la próxima celebración, el 29 de octubre, del Día Mundial del Ictus.

Tal y como advierte la experta, “la hipertensión arterial es el principal factor de riesgo para sufrir un ictus así como una demencia de origen vascular. El tabaquismo, por otra parte, aumenta el riesgo de sufrir un ictus en un 50%”.

Otros factores de riesgo a controlar, que señala la neuróloga de IMQ, son “la diabetes, los niveles elevados de colesterol, el sedentarismo y la obesidad. Además, varios estudios recientes han demostrado que el síndrome de apneas del sueño se asocia también con un mayor riesgo de sufrir un ictus cerebral”.

El consumo de drogas “como la cocaína” también se ha asociado a una mayor incidencia de eventos vasculares cerebrales. Según destaca, “con un adecuado control de los factores de riesgo se podría prevenir hasta el 70% de los ictus”.

Por ello, la especialista de IMQ recomienda adquirir unos hábitos de vida saludable, que incluyan el abandono del consumo de tóxicos, la realización de ejercicio aeróbico moderado de manera habitual, así como mantener una dieta mediterránea, sana, variada y moderada. “Si a estos hábitos añadimos la importantísima labor que llevan a cabo los médicos de atención primaria en el control de factores de riesgo como la hipertensión arterial o la diabetes, es de esperar una disminución del número de ictus en el futuro, y por tanto una mejor calidad de vida de nuestros pacientes”.

Síntomas

La Dra. Ugarriza, recuerda igualmente la importancia, junto al conocimiento de los factores de riesgo, de ser capaz de identificar los síntomas habituales del ictus. El ictus cerebral es una urgencia médica que se caracteriza por la aparición brusca de síntomas de disfunción cerebral, entre los que destacan “la debilidad o adormecimiento de medio lado del cuerpo, dificultades para la visión en un ojo o los dos, y la dificultad para el habla o comprensión del lenguaje. La aparición de alguno de estos síntomas debe hacer acudir al servicio de urgencias más cercano de manera inmediata”.

Ictus, también en adultos jóvenes

Las enfermedades cerebrovasculares suponen a día de hoy un “grave” problema de salud pública. “Son una de las principales causas de mortalidad, la primera causa de discapacidad en la edad adulta y la segunda causa de demencia en nuestras sociedades”.

Pese a que se tiende a pensar en el ictus como una enfermedad propia de edades avanzadas de la vida, “un porcentaje importante de ellos, en torno al 10% del total, ocurre en menores de 50 años”. Para contextualizar este dato, la neuróloga de IMQ no solo apunta al incremento de la población total en esta franja de edad, sino también, al papel que desarrolla la falta de concienciación entre la población sobre la importancia del control de los factores de riesgo.

Según expone la neuróloga de IMQ, “en casi todos los países industrializados la tasa de mortalidad por ictus ha ido disminuyendo gracias, por una parte, a los mejores cuidados en fase aguda en las unidades especializadas para la atención al ictus, así como al control de los factores de riesgo vascular desde atención primaria”.