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20.11.2025
Según los datos publicados esta semana por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), la Unión Europea no avanza al ritmo necesario para alcanzar cuatro de los cinco objetivos fijados para 2030. Desde 2019, las infecciones sanguíneas por Klebsiella pneumoniae resistente a carbapenémicos han aumentado más de un 60%, pese al objetivo de reducirlas un 5%. Las causadas por Escherichia coli resistente a cefalosporinas de tercera generación también han crecido más de un 5%, contraviniendo el objetivo de reducción del 10%. Además, el consumo total de antibióticos en humanos ha vuelto a incrementarse, alejándose de la meta de reducirlo un 20% y manteniendo estancado el uso de antibióticos de primera línea, que continúa por debajo del 65% recomendado.
Con motivo de la Semana Mundial de Concienciación sobre la Resistencia a los Antimicrobianos 2025, que se celebra del 18 al 24 de noviembre, la Dra. Esmeralda Santana, especialista en medicina preventiva de la Clínica IMQ Zorrotzaurre, el mayor centro sanitario privado de Euskadi, advierte igualmente sobre el avance sostenido de la resistencia a los antimicrobianos (RAM), «un fenómeno que amenaza la eficacia de los tratamientos actuales y compromete procedimientos sanitarios esenciales. Las últimas evidencias publicadas por organismos internacionales muestran que la RAM continúa en ascenso en Europa y a escala global, situándose ya como una de las mayores amenazas para la salud pública».
A escala mundial, el panorama es igualmente preocupante. El último informe de la Organización Mundial de la Salud revela que, en 2023, una de cada seis infecciones bacterianas habituales resultó resistente al tratamiento con antibióticos. Entre 2018 y 2023, la resistencia aumentó más del 40% en las combinaciones de patógeno y antibiótico monitorizadas. Los datos muestran, además, que más del 40% de las infecciones por Escherichia coli y más del 55% de las causadas por Klebsiella pneumoniae son actualmente resistentes a cefalosporinas de tercera generación, uno de los tratamientos de primera elección. La pérdida de eficacia también se extiende a otros antibióticos esenciales, incluidos los carbapenémicos y las fluoroquinolonas.
La resistencia a los antimicrobianos provoca cada año más de 35.000 muertes en la Unión Europea y supone un coste económico estimado en 11.700 millones de euros debido al incremento de estancias hospitalarias, la reducción de la productividad y los mayores gastos sanitarios. La amenaza se agrava por el estancamiento en el desarrollo de nuevos antibióticos, especialmente frente a bacterias gramnegativas críticas, y por la persistencia de un uso excesivo o inadecuado de los antimicrobianos en los ámbitos humano, animal y ambiental.
En este contexto, iniciativas como la acción conjunta europea EU-JAMRAI 2, celebrada este año en Bilbao y en la que España desempeña un papel destacado, buscan reforzar la respuesta coordinada frente a la RAM mediante un enfoque One Health. Esta estrategia reconoce la interdependencia entre la salud humana, animal y medioambiental, e impulsa acciones dirigidas a mejorar la vigilancia, reforzar la prevención y el control de infecciones, garantizar el uso responsable de los antimicrobianos y promover la investigación y la innovación.
A este respecto, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios lidera áreas clave como la comunicación y sensibilización, y colidera actividades relacionadas con Programas de Optimización del Uso de Antimicrobianos (PROA) en salud humana, sanidad animal y medioambiente. Biosistemak (Euskadi) y la Fundación para la Formación e Investigación Sanitarias de la Región de Murcia también tienen un papel crucial como responsables del área de trabajo de evaluación del impacto del proyecto. El Institut Català d’Oncologia (Cataluña) lidera la tarea de prevención y control de infecciones en salud humana y FundeSalud (Extremadura) tiene a su cargo analizar y revisar los mensajes y campañas desarrollados en Europa para concienciar sobre la RAM. SAS (Andalucía) colidera actividades relacionadas los PROA en salud humana, mientras que SALUD (Aragón) colidera las estrategias de cambio de comportamiento vinculadas a estas iniciativas, tanto en salud humana como animal. Además, otras 15 instituciones y organismos españoles son parte del consorcio y participan activamente.
Cumpliendo con la política de Calidad y Seguridad del Paciente, la Clínica IMQ Zorrotzaurre trabaja en la optimización del uso de antibióticos, impulsando programas de mejora en la prescripción, reforzando la formación de los profesionales y promoviendo estrategias de prevención de infecciones. La utilización prudente de antibióticos —solo cuando son necesarios y siguiendo siempre las indicaciones médicas— es esencial para frenar la expansión de resistencias. La RAM es un problema que traspasa fronteras y disciplinas, y requiere del compromiso de toda la sociedad.
En el marco de esta Semana Mundial de Concienciación, la especialista en medicina preventiva de la Clínica IMQ Zorrotzaurre reafirma el compromiso de esta entidad con la seguridad de los pacientes y con la preservación de la eficacia de estos medicamentos esenciales: «reducir la resistencia a los antimicrobianos es una responsabilidad compartida que exige consolidar hábitos de uso racional, fortalecer los sistemas de vigilancia y apoyar decididamente la investigación. Solo mediante una acción conjunta y sostenida será posible garantizar que los antibióticos continúen siendo eficaces para las generaciones presentes y futuras».
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